(hasta para el mejor masoquista
la monotonía en el dolor asfixia tanto
como la rima constante)
(por enésima vez) VACIADO…
Cuando el alma sabe a hierro oxidado.
Y entre los labios y el estómago?
nudos atragantados.
Y del sexo a los ojos?
remordimientos de pecado.
lunes, mayo 18, 2009
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